Introducción

PARTO SIN DOLOR: REALIDAD O FICCION.

¿Sufrimiento fatal?

¿Es posible que la mujer se libere del sufrimiento que hasta ahora se consideraba parte integrante del parto?. Y si ello es posible, ¿cuál es el método, por qué mecanismo pudo liberarse de tan pesada carga?. ¿Pudo al fin el hombre superar con sus fuerzas la maldición bíblica de "Parirás con dolor", y transformar la maternidad, no en un castigo, sino en un acto feliz, agradable, al que se espera y se desea sin temor?.

Hoy podemos contestar afirmativamente todas estas interrogantes.

"EL PARTO SIN DOLOR ES POSIBLE". La experiencia mundial que suma ya millones de partos, ha confirmado esta realidad.

Necesidad de su divulgación

Podría parecer, por tratarse de un tema científico que su discusión fuera privativo de la sociedades científicas médicas. Sin embargo, la divulgación del mismo forma parte integrante del método y es factor preponderante del éxito o del fracaso. Como su nombre lo dice es un método "Psicológico", es decir fundamentalmente educativo, pero con una característica especial: educación especial de la futura madre, pero educación colectiva de todo el medio ambiente, y en un plano más vasto, educación de toda la sociedad. Su objetivo final es mucho más amplio que la simple lucha contra el dolor del parto, es la lucha por erradicar el dolor como fenómeno fatal, invencible.

Su divulgación se ha hecho, se hace y se hará por todos los medios posibles: el periódico, la revista femenina, la literatura, el cine y la T.V. han sido empleados con tal fin. Bástenos citar la magistral película francesa protagonizada por Jean Gabin, titulada "El caso del Dr. Laurens", donde vivimos toda la lucha provinciana de un médico que busca llevar hasta un pueblo el "parto sin dolor".

Terminar con el miedo

Hoy la prensa, la novela y el cine están llamados a cumplir una nueva función; una función social importante: ayudar a liberar a la mujer del miedo al parto. Que ella herede de sus padres y aprenda de sus maestros que el parto es un acto fisiológico, normal, y por tanto no tiene por qué ser doloroso. Y ella lo enseñará luego a sus hijos. Borrará de su mente los recuerdos desagradables que una educación insuficiente habían transformado en realidad. Irá así transformando su conciencia, y a través de la lucha contra el dolor del parto, se está librando una lucha contra el "fatalismo", contra lo "inevitable". Al descubrir los ''misterios del sufrimiento" el hombre se libera de las fuerzas oscuras que lo encadenan al pasado.

Liquidar los prejuicios

Debe enfrentar inmensas contrariedades, basadas en la ignorancia, los prejuicios, los intereses creados, etc.. Pero la verdad triunfa y el método se impone. Hasta ahora la novela o el cine fueron empleados para describir y contribuir a transformar en realidad, la necesidad del sufrimiento de la mujer durante el parto. Ellos eran el vínculo de lo terrible, de lo amargo y contribuyeron en forma importante a fijar la noción de dolor y de temor al parto. Tanto va el cántaro al agua que al final se rompe; tanto repetir "los dolores del parto, los dolores del parto", que al final se transforman en realidad.

Hombre versus naturaleza

"Con la ayuda de la ciencia el hombre puede transformar la naturaleza y transformarse a sí mismo". ¿Cómo se transforma "el hombre"?

"Tal transformación será obtenida por la instrucción y no por el tratamiento, por la enseñanza y no por medicamentos o por la hipnosis. El dolor del parto desaparecerá en cuanto a fenómeno social, gracias al esfuerzo de los médicos (que actúan en la vanguardia) pero principalmente por el esfuerzo de los pedagogos en la escuela y de los escritores en la literatura."

Medio ambiente de la futura madre

Por eso en esta etapa la educación no puede limitarse al reducido marco de la futura parturienta. Es necesario que ella se extienda a los familiares, en especial al esposo y aquellos que rodean a la embarazada. Evitaremos así que las influencias de un medio hostil pueda en pocos minutos destruir la obra de tantos meses de preparación. Razones sociales, de trabajo impiden muchas veces que los familiares concurran a las clases. Debemos llevar la clase a la casa. Y es a través de la prensa, de la novela, del ciñe, la T.V., que generalizaremos una educación, que la haremos patrimonio de muchos y no de unos pocos.

Bases fisiológicas del método

Las bases fisiológicas fundamentales sobre las cuales se asienta el método son los estudios de Pavlov y su escuela, que demostraron:

1- La corteza cerebral, como todo el sistema nervioso, reacciona por mecanismos reflejos.

2- El reflejo cortical es un reflejo adquirido, cambiante, que puede borrarse y recuperarse. La posibilidad de formar nuevos reflejos es infinita. Son estos reflejos condiciona-dos, así llamados por Pavlov, los que le permiten al hombre adaptarse al medio que lo rodea. Ellos pueden formarse por señales externas, señales internas y fundamentalmente por la palabra. Pavlov dividía las señales que podían actuar sobre el cerebro en dos grandes sistemas: el primer sistema de señales a punto de partida de excitantes externos o internos; el segundó sistema de señales al cual le daba mucha importancia, constituido por el LENGUAJE. La palabra representa la traducción de una realidad material. La vinculación entre la palabra y el objeto que ella designa, y que representa el excitante absoluto, es lo que la escuela soviética llama una "estructura dinámica". La palabra señaliza una realidad objetiva. Pero la palabra puede transformarse para el hombre en un excitante condicionado. Pero es un excitante de un carácter especial. Su acción es independiente de la experiencia personal del sujeto. El hombre no tiene necesidad de sentir el dolor sino que se le puede transmitir a través de la palabra la noción del mismo y reconocerlo antes de haberlo sufrido. Para crear un reflejo condicionado a la luz o a la campana es necesario repetir la experiencia muchas veces. No sucede lo mismo con la palabra. Este segundo sistema de señales, '7a señal de la señal" como la llama Pavlov, no puede comprenderse sin la existencia del primero, es decir, sin el objeto, pero prevalece sobre éste y constituye el regulador de la conducta del hombre.

Gran cantidad de reflejos condicionados se han ido formando y desarrollando en el hombre a través del tiempo. Ello constituye la base de la educación. La educación es la adquisición y la suma de nuevos reflejos condicionados. La palabra puede sustituir tanto un excitante externo como interno. Los médicos que practican la hipnosis saben que ella puede, por ejemplo, modificar la secreción gástrica de un sujeto hipnotizado, según el tipo de comida que se le sugiere, constatado esto por la introducción de una sonda en el estómago que recoge el jugo gástrico y que muestra que éste es diferente con cada comida que se le sugiere. Estos hechos se comprenden bien después de los trabajos de la escuela de Bikov, es decir, sobre relaciones cortico-viscerales. Por ejemplo, Arapetian realiza la siguiente experiencia: llenaba la vejiga de un hombre hasta provocar la necesidad de orinar; el sujeto veía el manómetro que marcaba la presión del agua; a la vez se repetía en voz alta la cifra que indicaba la presión cuando aparecía la sensación de orinar. Al cabo de un tiempo, bastaba que viera la cifra marcada en el manómetro o que se dijera ésta en voz alta, independiente de la cantidad de agua que había pasado, para que el sujeto sintiera necesidad de orinar, a veces con pequeñas cantidades de agua, que normalmente no producirían esa sensación.

Pero la palabra no sólo señaliza cosas concretas. Ella puede transmitir estados emocionales, imágenes abstractas. Por la palabra podemos contagiar estados emocionales opuestos como la alegría o la tristeza, la ira o la tranquilidad. Por la palabra podemos hacer aparecer o desaparecer un dolor, hecho muy importante en la comprensión del empleo de la psico-profilaxis en los dolores del parto. En ese sentido es muy demostrativa la experiencia de Rogov y Pchonick, en el laboratorio de Bikok, al transformar una sensación dolorosa en reflejo condicionado vasomotor o a la inversa, un excitante normalmente no doloroso en dolor.