Durante este período que les falta para el parto, ustedes van a practicar diariamente los ejercicios de respiración abdominal. Ellos les permitirá aprender a manejar el diafragma y los músculos del vientre, a la vez de tonificarlos. Pero la repetición de estos ejercicios les reportará grandes beneficios. El desarrollo del embarazo provoca importantes modificaciones: en el vientre se desarrolla una enorme masa cuyo peso oscila alrededor de los 7 kilos: 3 % kilos del feto; 1 V2 kilos de líquido amniótico; 1 kilo de útero;1\2 kilo de placenta. Este enorme peso, situado en la parte baja del vientre, impone modificaciones en la columna vertebral. Para poder mantener la posición de pie, la embarazada echa los hombros hacia atrás a la vez que aumenta la curva de la columna lumbar. Esta posición es mantenida por los músculos de la parte posterior del cuerpo, músculos lumbares, que se mantienen contraídos durante todo el día. Por la misma razón, los músculos de la pantorrilla están contraídos, especialmente en la señoras que pasan muchas horas paradas.
La contracción prolongada de estos músculos explica varias cosas: 1) en primer lugar los dolores lumbares que a menudo sufren las embarazadas; 2) en segundo lugar, los calambres de los músculos de la pantorrilla. Además se agrega otro factor muy frecuente: las várices. De esta manera ustedes tienen unidos a nivel de las piernas los dos factores que favorecen la aparición de los calambres: mala circulación por las várices; trabajo prolongado de un grupo de músculos para mantener la posición de pie. Basta entonces un pequeño movimiento como levantarse, por ejemplo, para que aparezca el calambre. Pues bien: durante estos dos meses que van a practicar los ejercicios de respiración abdominal, el diafragma, en cada contracción, actuará como una bomba que sube y baja dentro del vientre. Comprime toda la esponja vascular del abdomen y la pelvis y facilita la circulación de la sangre de abajo hacia arriba, hacia el corazón. Esto se traduce en una mejor irrigación de los miembros inferiores y al cabo de pocos días, aquella que sufría de calambres, notará que estos van desapareciendo. Esta mejor circulación la van a notar también de otra manera: los primeros días que hagan los ejercicios respiratorios notarán que el feto se mueve mucho más. Tan es así que algunas señoras se asustan y dejan de hacerlos, hasta confirmar en una nueva clase que no hay ningún peligro para el feto.
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