El útero es un órgano esencialmente muscular. En la mujer no embarazada, pesa unos 70 grs. y mide unos 7 ctms. Durante el embarazo se desarrolla y al final del mismo llega a medir 36 ctms. y a pesar de 1000 a 1200 grs.; es decir, que aumentó más de 15 veces su peso inicial. Esta enorme masa muscular está dispuesta en forma de saco: es una viscera hueca. Tiene la forma de una pera invertida, con la parte más gruesa hacia arriba, que constituye el fondo del útero. Es esta parte, la más desarrollada, la que en el momento del parto se va a constituir en su verdadero motor. Para ello el útero se contrae, es decir trabaja. Ahora bien: al igual que todo músculo que trabaja, en cada contracción uterina se consume energía. Esta energía, el útero la obtiene quemando en su interior glucosa. La glucosa es el azúcar que está disuelta en la sangre y que el organismo la tiene almacenada en el hígado y en los propios músculos. Cuando tiene necesidad de ella, la saca del depósito y la ofrece al órgano que la necesita. Pero, para quemar el azúcar, el músculo necesita oxígeno. Es un proceso de verdadera combustión, como el que se realiza cuando quemamos un leño o carbón. Para prenderlo, es necesario hacer pasar una corriente de aire, que le suministra el oxígeno.
Por tanto: durante el trabajo de parto la embarazada necesita glucosa y oxígeno. El aporte de glucosa se realiza en algunos países administrándole a la parturienta suero glucosado, es decir, agua y azúcar. Nosotros aconsejamos llevar al sanatorio terrones de azúcar o caramelos. Durante las horas en que se produce la dilatación del-cuello, el consumó de estos les va proporcionando el azúcar necesario. Pero además tiene la ventaja de que mantiene la secreción de la saliva, de modo que la boca no se les seque mucho durante el jadeo, lo que a veces molesta bastante y les preocupa, haciéndoles perder el control de la contracción. Con respecto al oxígeno que el útero consume durante el trabajo de parto, lo extrae de vuestra sangre. Como ustedes saben, la sangre impulsada por el corazón va hacia los pulmones donde se carga de oxígeno. Luego vuelve al corazón y nuevamente impulsada por éste, se distribuye a todo el organismo. Es decir: ustedes mismas van a asegurar el aporte de oxígeno que el organismo necesita para su trabajo. ¿Qué pasa cuando un músculo trabaja en un medio pobre de oxígeno? En general trabaja mal: sufre. Y este sufrimiento se traduce por dolor. El mejor ejemplo de esto lo tenemos en los calambres musculares de la pantorrilla que les aqueja a muchas de ustedes, sobre todo en los últimos meses del embarazo. ¿Qué es un calambre? ¿Por qué tienen a menudo calambres las embarazadas? El calambre no es más que la contracción permanente de un músculo cansado, agotado, por haber sido sometido a un trabajo permanente. La embarazada, por la presencia del propio embarazo, debe adoptar actitudes especiales de su cuerpo, para poder mantener la posición de equilibrio, estando de pie. Esto hace que los músculos de la pantorrilla estén casi permanentemente contraídos: se cansan, se agotan y entran en contracción permanente: el calambre. Y la que sufre de calambres sabe lo doloroso que son. ¿Qué hacemos frente a un calambre muscular? Ponemos la pierna en reposo, en alto, la masajeamos y el calambre pasa. Pues bien: con el útero, durante el trabajo de parto puede pasar lo mismo. El útero puede cansarse, agotarse, porque el trabajo que realiza es muy intenso o muy largo. Puede entrar en contractura permanente, que en términos médicos se llama "tétanos uterino". Esto es muy doloroso para la madre. Frente a un tétanos uterino no podemos detener el parto y masajear al útero para que cese. Lo que tenemos que hacer es evitar que el útero llegue a esta situación. ¿Cómo vamos a evitarlo? Pues ofreciendo al útero los materiales que él necesita para su trabajo. Ya hablamos del aporte de glucosa. Con relación al oxígeno dijimos que lo extrae de vuestra sangre y que ésta se carga de oxígeno en los pulmones. Pues bien: cada vez que ustedes perciben una contracción uterina van a aumentar el ritmo respiratorio. Habrá una mayor ventilación pulmonar; vuestra sangre se cargará más de oxígeno y lo ofrecerá al útero, que es el órgano que tiene en ese momento el trabajo más importante.
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